5°2°, "Camino al TP3"
acá van los poemas:
Llegó con tres heridas
Llegó con tres
heridas:
la del amor,
la de la
muerte,
la de la vida.
Con tres
heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la
muerte.
Con tres
heridas yo:
la de la vida,
la de la
muerte,
la del amor.
Miguel
Hernández
Tristes
guerras
Tristes
guerras
si no es amor
la empresa.
Tristes,
tristes.
Tristes armas
si no son las
palabras.
Tristes,
tristes.
Tristes
hombres
si no mueren
de amores.
Tristes,
tristes.
Miguel
Hernández
3
sólo la sed
el silencio
ningún
encuentro
cuídate de mí
amor mío
cuídate de la
silenciosa en el desierto
de la viajera
con el vaso vacío
y de la sombra
de su sombra.
Alejandra
Pizarnik
Tu
voz
Emboscado en
mi escritura
cantas en mi
poema.
Rehén de tu
dulce voz
petrificada en
mi memoria.
Pájaro asido a
su fuga.
Aire tatuado
por un ausente.
Reloj que late
conmigo
para que nunca
despierte.
Alejandra
Pizarnik
Utopía
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja
dos pasos.
Camino diez
pasos
y el horizonte
se corre
diez pasos más
allá.
Por mucho que
camine
nunca la
alcanzaré.
Y entonces...
¿para qué
sirve la utopía?
Para eso
sirve:
para caminar.
Eduardo
Galeano
Vórtice
Del mar, a la
montaña,
por el aire,
en la tierra,
de una boca a
otra boca,
dando vueltas,
girando,
entre muebles
y sombras,
displicente,
gritando,
he perdido la
vida,
no sé dónde,
ni cuándo.
Oliverio
Girondo / Persuasión de
los días
Te quiero
Tus manos son
mi caricia,
mis acordes
cotidianos;
te quiero
porque tus manos
trabajan por
la justicia.
Si
te quiero es porque sos
mi
amor, mi cómplice y todo,
y
en la calle, codo a codo,
somos
mucho más que dos.
Tus ojos son
mi conjuro
contra la mala
jornada;
te quiero por
tu mirada
que mira y
siembra futuro.
Tu boca que es
tuya y mía
tu boca no se
equivoca;
te quiero
porque tu boca
sabe gritar
rebeldía.
Si
te quiero es porque sos
mi
amor, mi cómplice y todo,
y
en la calle, codo a codo,
somos
mucho más que dos.
Y por tu
rostro sincero,
y tu paso
vagabundo
y tu llanto
por el mundo,
porque sos
pueblo te quiero.
Y porque amor
no es aurora,
ni cándida
moraleja,
y porque somos
pareja
que sabe que
no está sola.
Te quiero en
mi paraíso
es decir que
en mi país
la gente viva
feliz
aunque no
tenga permiso.
Si
te quiero es porque sos
mi
amor, mi cómplice y todo,
y
en la calle, codo a codo,
somos
muchos más que dos.
Mario
Benedetti
Canto negro
¡Yambambó,
yambambé!
Repica el
congo solongo,
repica el
negro bien negro;
congo solongo
del songo
baila yambó
sobre un pie.
Mamatomba,
serembe
cuserembá.
El negro canta
y se ajuma,
el negro se
ajuma y canta,
el negro canta
y se va.
Auememe
serembó,
aé;
yambó,
aé.
Tamba, tamba,
tamba, tamba,
tamba del
negro que tumba;
tumba del
negro, caramba,
caramba, que
el negro tumba:
¡yamba, yambó,
Yambambé!
Nicolás
Guillén
5
La lluvia,
con frecuencia,
penetra por mis poros,
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco,
los huesos,
la memoria.
Entonces,
me refugio
en un rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.
Oliverio Girondo / Persuasión de los días
Si
mis manos pudieran deshojar
Yo pronuncio
tu nombre
en las noches
oscuras,
cuando vienen
los astros
a beber en la
luna
y duermen los
ramajes
de las frondas
ocultas.
Y yo me siento
hueco
de pasión y de
música.
Loco reloj que
canta
muertas horas
antiguas.
Yo pronuncio
tu nombre,
en esta noche
oscura,
y tu nombre me
suena
más lejano que
nunca.
Más lejano que
todas las estrellas
y más doliente
que la mansa lluvia.
¿Te querré
como entonces
alguna vez?
¿Qué culpa
tiene mi
corazón?
Si la niebla
se esfuma,
¿qué otra
pasión me espera?
¿Será
tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
deshojar la
luna!
Federico
García Lorca
Poema
3
Sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra
Alejandra
Pizarnik
¿Dónde?
¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?...
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror, al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.
Me he perdido.
Oliverio Girondo / Persuasión de los días
11
ahora
en esta hora
inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada
Alejandra
Pizarnik / Árbol de Diana
Amantes
una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío
Alejandra
Pizarnik
SELECCIÓN POEMAS
Poema
20
Puedo escribir
los versos más tristes esta noche.
Escribir, por
ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan,
azules, los astros, a lo lejos”.
El viento de
la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir
los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y
a veces ella también me quiso.
En las noches
como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas
veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso,
a veces yo también la quería.
Cómo no haber
amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir
los versos más tristes esta noche.
Pensar que no
la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche
inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae
al alma como al pasto el rocío.
Qué importa
que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está
estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A
lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se
contenta con haberla perdido.
Como para
acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la
busca, y ella no está conmigo.
La misma noche
que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los
de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la
quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba
el viento para tocar su oído.
De otro. Será
de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su
cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la
quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto
el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en
noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se
contenta con haberla perdido.
Aunque este
sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le
escribo.
Pablo Neruda
20 poemas de amor y una canción
desesperada
Poema
20
dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene
miedo de la muerte del amor
dice que el
amor es muerte es miedo
dice que la
muerte es miedo es amor
dice que no
sabe
Alejandra
Pizarnik
Árbol
de Diana
Oración
Habítame,
penétrame.
Sea tu sangre
una con mi sangre.
Tu boca entre
a mi boca.
Tu corazón
agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera
en mis entrañas.
Anden tus
manos en mis manos.
Tus pies
caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme,
árdeme.
Cólmeme tu
dulzura.
Báñeme tu
saliva el paladar.
Estés en mí
como está la madera en el palito.
Que ya no
puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed
quemándome.
La soledad,
sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Juan
Gelman
Un hombre de éxito
No puede mirar
la luna sin calcular la distancia.
No puede mirar
un árbol sin calcular la leña.
No puede mirar
un cuadro sin calcular el precio.
No puede mirar
un menú sin calcular las calorías.
No puede mirar
un hombre sin calcularla ventaja.
No puede mirar
una mujer sin calcular el riesgo.
Eduardo
Galeano
Las palabras
andantes
Dicotomía incruenta
Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que
se mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que
acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que
no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de
lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
Oliverio Girondo
Persuasión de los días
El puro no
El no
El no
inóvulo
El no
nonato
El noo
El no
poslodocosmos des pestios ceros noes que noan noan noan
y nooan
y
plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son
sin sexo ni órbita
el yerto
inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros
ya sin nódulo
ni yo ni
fosa ni hoyo
el macro
no no polvo
el no más
nada todo
el puro no
sin no.
Oliverio
Girondo
En
la masmédula
La mezcla
No sólo
el fofo fondo
los ebrios lechos légamos
telúricos entre fanales serios
y sus líquenes
no sólo el solicroo
las prefugas
lo impar ido
el ahonde
el tacto incauto solo
los acordes abismos de los
órganos sacros del orgasmo
el gusto al riesgo en brote
al rito negro al alba con su
esperezo lleno de gorriones
ni tampoco el regosto
los suspiritos sólo
ni el fortuito dial sino
o los autosondeos en pleno
plexo trópico
ni las exellas menos ni el
endédalo
sino la viva mezcla
la total mezcla plena
la pura impura mezcla que me
merma los machimbres el almamasa tensa las tercas hembras tuercas
la mezcla
sí
la mezcla con que adherí mis puentes
Oliverio
Girondo
En
la masmédula
Definiendo
el amor
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida, que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido, que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.
Este es el niño Amor, este es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada,
el que en todo es contrario de sí mismo.
Francisco
de Quevedo
Mi lumía
MI lu
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me
enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la
crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus
decúbitos lianas y dermiferios limbos y
gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de
galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía
Oliverio
Girondo
En
la masmédula
Rima XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
Gustavo
A. Bécquer
Rimas
Yolleo
Eh vos
tatacombo
soy yo
di
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que
yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan
nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé y tanto
desde el yo mero mínimo al
verme yo harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos
yoes siempre siempre
yollando y yoyollando siempre
por qué
si sos
por qué di
eh vos
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
y hasta cuándo
Oliverio
Girondo
En
la masmédula
¿Qué diría?
¿Qué diría la gente, recortada y vacía
si en un día fortuito, por ultra fantasía,
me tiñera el cabello de plateado y violeta,
usara peplo griego, cambiara la peineta
por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
cantara por las calles al compás de violines,
o dijera mis versos recorriendo las plazas,
libertado mi gusto de vulgares mordazas?
¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?
En verdad que pensarlo me da un poco de risa.
Alfonsina Storni
El dulce daño (1918)
Oración
de un desocupado
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los
cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
Juan Gelman
Violín y otras
cuestiones
Poema
12
Se
miran, se presienten, se desean,
se acarician,
se besan, se desnudan,
se respiran,
se acuestan, se olfatean,
se penetran,
se chupan, se demudan,
se adormecen,
despiertan, se iluminan,
se codician,
se palpan, se fascinan,
se mastican,
se gustan, se babean,
se confunden,
se acoplan, se disgregan,
se aletargan,
fallecen, se reintegran,
se distienden,
se enarcan, se menean,
se retuercen,
se estiran, se caldean,
se
estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se
juntan, desfallecen,
se repelen, se
enervan, se apetecen,
se acometen,
se enlazan, se entrechocan,
se agazapan,
se apresan, se dislocan,
se perforan,
se incrustan, se acribillan,
se remachan,
se injertan, se atornillan,
se desmayan,
reviven, resplandecen,
se contemplan,
se inflaman, se enloquecen,
se derriten,
se sueldan, se calcinan,
se desgarran,
se muerden, se asesinan,
resucitan, se
buscan, se refriegan,
se rehúyen, se
evaden y se entregan.
Oliverio
Girondo
Espantapájaros
II
Sin ti
el sol cae
como un muerto abandonado.
Sin ti
me tomo en mis
brazos
y me llevo a
la vida
a mendigar
fervor.
Alejandra
Pizarnik
Las
aventuras perdidas
Soneto
Desmayarse,
atreverse, estar furioso,
áspero,
tierno, liberal, esquivo,
alentado,
mortal, difunto, vivo,
leal, traidor,
cobarde, animoso;
no hallar
fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse
alegre, triste, humilde, altivo,
enojado,
valiente, fugitivo,
satisfecho,
ofendido, receloso;
huir el rostro
al claro desengaño,
beber veneno
por licor suave,
olvidar el
provecho, amar el daño;
creer que un
cielo en un infierno cabe,
dar la vida y
el alma a un desengaño:
esto es amor,
quien lo probó lo sabe.
Félix Lope de
Vega